Este sitio está concebido con el objetivo de recopilar y organizar la información que nos ha servido para programar y dirigir la estimulación y así documentar el desarrollo del aprendizaje de nuestro hijo. El deseo de proveerle un ambiente donde pueda desarrollar lo más libre y, naturalmente, que sea posible las múltiples inteligencias que nos conforman como seres humanos

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miércoles, 30 de junio de 2010

EDUCAR EN CASA: UNA ALTERNATIVA A LAS ESCUELAS

Transcibo aqui el texto que me encontré el blog de ALE, puesto que me siento bastante identificada con su contenido. Espero lo disfruten mucho!!!

Educar en casa
Un alternativa a las escuelas


Por Laura Mascaró


Cada vez somos más las familias que decidimos hacernos cargo de la educación de nuestros hijos de forma integral y adquirimos el compromiso de educarlos en casa sin pasar por el sistema escolar.

La decisión de no escolarizar a los hijos no es fácil en una sociedad que tiene tan arraigada la creencia de que la escuela es necesaria para el desarrollo de las personas. Sin embargo, cuando uno adquiere consciencia de cómo funciona dicho sistema y de la gran influencia que tiene sobre los niños debe necesariamente preguntarse si está dispuesto a asumir ese riesgo, a delegar la responsabilidad sobre los propios hijos durante tantas horas al día, durante tantos días al año y durante tantos años en la vida.

Me pregunto si queremos que vivan su infancia y juventud a golpe de timbre, limitados por el calendario y el horario; si queremos que pasen los días haciendo lo que otras personas les dicen que deben hacer; si queremos que sean obligados a dedicar su tiempo a asuntos que quizás no les interesan; si queremos que sus formas de ver, pensar y sentir sean sustituidas por las de sus profesores o las de sus compañeros; si queremos que tengan que pedir permiso para hablar, levantarse, beber agua o ir al baño; si queremos que estudien cuando les dicen que estudien, que jueguen cuando les dicen que jueguen y que coman cuando les dicen que coman; si queremos que pasen sus años encerrados en una clase con otros veintitantos niños de su misma edad preparándose para el futuro, para ser algo en la vida y para tener un lugar en el mundo.

Me pregunto todo esto y concluyo que quiero que mi hijo sepa escuchar a su cuerpo, que sepa tomar decisiones razonadas, que sepa reconocer a sus emociones y sentimientos, que sepa descubrir cuáles son sus intereses y sus pasiones, que sepa que tiene derecho a perseguirlos. Porque educar es más que enseñar a leer y a escribir. Educar es acompañar en el proceso de desarrollo de la personalidad, del intelecto, del espíritu y también del cuerpo. Quiero que mi hijo aprenda a relacionarse con todo tipo de personas estableciendo relaciones de igualdad. Quiero que sepa que no se está preparando para el futuro, sino que está viviendo el presente, que ya es alguien en la vida y que ya tiene un lugar en el mundo.

Los niños que son educados en casa saben cuándo tienen hambre, sed o sueño porque no tienen a su lado a ningún adulto que pretenda saber más que su propio cuerpo. El sistema educativo no permite la diferencia, no valora la individualidad sino que uniformiza. Se pretende que todos aprendan lo mismo al mismo tiempo sin respetar los intereses, las aptitudes ni los ritmos de cada uno. El estado no debería tratar de imponer un currículum igual para todos. A muchísima gente no le ha servido de nada en la vida saber hacer una raíz cuadrada o analizar una frase. La mayoría, de hecho, lo hemos olvidado. Si hubiera alguna catástrofe natural y tuviéramos que volver a vivir como en la edad de piedra, ¿nos salvaríamos? ¿Sabríamos qué plantas son comestibles y cuáles no? ¿Sabríamos construir una cabaña o una canoa? ¿Sabríamos hacer fuego sin mecheros ni cerillas? Desde luego, las habilidades que nos ayudarían a sobrevivir no serían las que aprendimos en el cole.

Pero educar en casa no significa que no hagamos nada, sino todo lo contrario. Nuestra clase es el mundo entero, y no dividimos el conocimiento en asignaturas. Esto va más allá de lo académico y creo que tiene mucho que ver con un estilo determinado de crianza. Considero fundamental que los niños se autorregulen, por eso en casa no hay horarios de comida ni sueño, por ejemplo. La autorregulación es una habilidad innata en todos los seres vivos. Sin embargo, los humanos empezamos a sofocarla desde el momento en que damos el biberón a nuestros bebés cada tres horas de reloj, en vez de dar lactancia materna a demanda. O cuando despertamos al niño porque consideramos, arbitrariamente, que ya ha dormido suficiente. O cuando les obligamos a dejar el plato vacío.

Los niños que son dejados en libertad se autorregulan, también, en el estudio académico. Aunque mucha gente no lo crea, es posible que un niño estudie matemáticas porque le gusta y sin que nadie le obligue. La función del padre que educa en casa es la de hacerle ver todas las posibilidades que el mundo le ofrece. El niño no va a decirte que no le gustan las mates si no sabe que existen las mates. En cambio, si sabe que existen y, además, sabe que tienen una utilidad, él mismo va a querer aprenderlas. La automotivación es fundamental para que la educación en casa funcione. Y la automotivación es fundamental, también, para un correcto desarrollo integral de la personalidad.

Ver el artículo completo aqui

SER PADRES SIN CASTIGAR

Me encontré con la versión traducida al español del libro PARENTING WITHOUT PUNISHING.

Aqui les dejo el link y en la sección del blog de artículos para descargar, también lo pueden encontrar!!!

Espero lo aprovechen y disfruten!!!

http://www.nopunish.net/captlo1.htm

viernes, 25 de junio de 2010

DEJAR EL PAÑAL NO TIENE QUE SER UN TRAUMA

Ya martín lleva un mes sin usar pañal en el día!! andamos felices porque la transición fué mucho más fácil que lo que nos habiamos imaginado. Como soy partidaria del continuum, no lo presioné para dejar el pañal sometiéndolo a esperar sentado en la bacinilla, ni haciéndo una tabla con los horarios del popo ni utilizándo ningún método de los que hablan en internet. Les puedo decir que con papi ya andábamos un poquito preocupados porque Martín ya casi llega a los tres años y nada de dejar el pañal. Ya habíamos intentado antes quitarle el pañal con malos resultados, en casa lo dejábamos sin pantalón pero él tan pronto se concentraba en alguna actividad se olvidaba y no controlaba esfínteres, así que volvíamos de nuevo al amigo pañal. Nos movíamos entre saber que el niño tenía que andar sin el pañal para sentir que debía controlar su cuerpo, y la necesidad de ponérselo para poder salir a la calle (ya que salimos mucho). En esto duramos como algunos meses, hasta que el último experimento dió resultado: le quitamos el pañal y salimos a la calle. Efectivamente tuvo algunos "accidentes" pero solo fueron dos días terribles de popo y chichi y al tercero, suaz!! que maravilla, empezó a ir solito al baño y a avisar. Otro cuento fué que controlará cuando estaba viendo televisión o jugando en el computador. En eso si nos demoramos 2 semanas y tuvimos que suprimirle estas dos actividades diciéndole que hasta que no controlara su cuerpo no iba a ver mas tv ni jugar más pc, y cumplimos!! nada del idiotizador (como "cariñosamente" le digo al tv) hasta que Martín coordinó. Y ahora andamos felices, él nos avisa, va solito al baño, ya le tengo revistero y me llama para que lo ayude a limpiar, pero ya no compramos pañales para usar en el día, ahora sólo los utilizá cuando duerme y tan pronto se despierta nos avisa para que se lo quitemos e ir al baño. A veces se levanta con el pañal seco y otras apenás mojado, pero ya sabemos que poco a poco y sin presionarlo él lo dejará.

miércoles, 23 de junio de 2010

ENCONTRANDO ACTIVIDADES...

Bueno, no es un misterio que criar y guiar en casa es una tarea de incesantes búsquedas entre actividades, contenidos y demás, y que siempre estamos preocupadas en querer lo mejor para nuestros hijos. Pues en una de tantas búsquedas he dado con los cursos de Compensar, y aunque existen algunas cosillas que no me terminan de convencer (como limitar la participación por edades y actividades reducidas en tiempo), es de las pocas opciones que hay en las cuales pueden participar tanto el niño como el adulto. Martín me dice que quiere ir al jardín, pero a un jardín donde puedan entrar los adultos, que sólo con niños no, que quiere que su mami y otras mamis participen también. En este momento lo tenemos en dos cursos: ACUAMOTRICIDAD, en el que participa con papi, y EXPLORADORES EN MOVIMIENTO, en el que participa con mami. Sobra decir que hemos observado muy buenos avances sobre todo en el contacto con otros niños, siguiendo instrucciones, respetando turnos, y sin ser un niño oveja (que sigue al rebaño, jejeje) ha aprendido a respetar las actividades y de vez en cuando a hacerle sus propias modificaciones, lo que a mi me parece muy bien. La idea de este post, es resaltar el valor de realizar actividades dirigidas fuera de casa, sobre todo a esta edad (Martín ya casi cumple 3 años), pues aunque el juego libre es en este momento la mayor fuente de aprendizaje y desarrollo, puedo notar en ya los 5 meses que llevo en este proceso con los cursos, que lo vivenciado en estas actividades lo impulsa a realizar cosas nuevas. Martín es hijo único en este momento, y he notado que aunque le gusta mucho jugar solo, lo motivan bastante aquellas actividades en las que puede compartir con otros niños, no se si sera competencia, imitación o simple camaradería, pero lo cierto es que es mas chevere montar patines con otros niños que solo, asi como jugar balón. Me ha gustado mucho también notar lo seguro que lo he observado haciendo sus practicas y como le es cada vez más fácil despegarse de mami y escuchar a la profe, y aunque soy orgullosa de guiarlo en su desarrollo en casa, no quiero un hijo absolutamente dependiente de mi.