Este sitio está concebido con el objetivo de recopilar y organizar la información que nos ha servido para programar y dirigir la estimulación y así documentar el desarrollo del aprendizaje de nuestro hijo. El deseo de proveerle un ambiente donde pueda desarrollar lo más libre y, naturalmente, que sea posible las múltiples inteligencias que nos conforman como seres humanos

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viernes, 6 de enero de 2017

El complejo de la mala madre 2°parte

Gracias al reconocimiento del aprendizaje realizado gracias a mi espejo mayor, mi hijo Martín, he podido hacer estas reflexiones acerca de la buena y la mala madre. Aprendiendo con Martín se volvió un "aprendiendo de mi misma". Más que seguir buscando recursos pedagógicos, he empezado a comprender que la mejor pedagogía es el ejemplo que doy en mi relación conmigo misma. En mi otro Blog Doula Soy Mujer sintetizo el recorrido que estoy haciendo en la búsqueda por encontrarme y re-conocerme, ayudando a otras mujeres a hacer lo mismo, a entender que solo yo puedo cambiar mi realidad en la medida que cambio la percepción de las cosas.
Después de haber escrito la entrada anterior sobre mis sentires y complejos de mala madre y buena madre, me encuentro con una conferencia que dan Enric Corbera y Montse sobre la importancia de ser madre. Desde la investigación de la bioneuroemocion, la madre es la primera transmisora de información.
La manera como nosotras fuimos concebidas y como concebimos a nuestros hijos, la manera como nosotras procesamos esa información, es la impronta que dejamos primeramente en ellos. No son las situaciones de la vida las que nos definen, sino la manera como las vivimos y las afrontamos las que nos definen emocionalmente. La tarea de la maternidad es una tarea que ha sido subestimada y sobrevalorada a través de la historia. De ahí que nos movemos entre la "buena madre" y la "mala madre", entre la madre sobreprotectora y la madre que abandona, ambas igual de tóxicas. La conferencia nos permite identificar comportamientos tóxicos, heredados de generaciones pasadas, o transmitidos directamente de nuestra madre, que repetimos como un bucle sin fin con nuestros hijos, con nuestros compañeros de trabajo, con los empleados, con los proyectos, con todas nuestras relaciones.
Los hijos agresivos, los que se quedan cuidando a mamá, los que asumieron el papel de papá, los que fueron concebidos sin amor, los que no fueron deseados pero si queridos, los que fueron deseados y no queridos, los que reciben el cariño de una madre que no quiere a su compañero, en fin. Identificarnos, vernos en los espejos de los demás, abrazar el hecho de que no somos perfectas, somos seres humanos y somos tóxicas también, es el primer paso para limpiar el camino de ellos. Limpiando nuestro desorden les ayudamos a limpiar el de nuestros hijos. La culpa, el ocultar lo que sentimos en algún momento, sólo nos vuelve más tóxicas para nosotras mismas y los demás. Omitir detalles o dejar de hablar de algo para evitar el sufrimiento, solo crea relaciones inestables, y en el caso de los hijos, seres dependientes.
Les dejo el link para que lo vean!

Ejercicios para ayudar a mejorar la concentración

Entre la marea de artículos que llegan por internet, me encontré con uno muy práctico, con 3 ejercicios sencillos basados en el Mindfulness o atención plena, que le sirven a nuestros hijos y a nosotros los adultos también para mejorar la concentración dirigida. Pueden ser ejercicios para hacer juntos y compartir cada uno las experiencias, así se puede trabajar la técnica y la constancia tanto en los niños como en uno.

Ejercicio 1 - Respiración

Con el niño/a acostado boca arriba, poner un objeto sobre su abdomen. Por ejemplo un barco de papel, un peluche, etc. y pedirle que lo arrulle con su respiración. Que observe cómo se da ese movimiento de arriba abajo con cada respiración y que trate de mantener su atención en ello. Eso durante un tiempo que no debe ser muy largo.

Ahora bien, más importante que la duración del ejercicio, es la frecuencia y la consistencia con la que se haga. Por eso se llaman prácticas (y no técnicas) porque su esencia está en el ejercicio continuo. Como un gimnasio: si quieres desarrollar los músculos del cuerpo no puedes ir un solo día, debes ejercitarte continuamente para lograrlo. Lo mismo pasa con la atención.

Ejercicio 2 - Alimentos

Tomar un alimento que guste al niño/a. Puede ser una uva pasa, una pastilla de chocolate, una manzana, etc. Consiste en invitar al niño a que juntos pongan sus 5 sentidos en comerse ese alimento:

Primero vas a sentirlo en tus manos. ¿Es duro? ¿Suave? ¿Surge algún sonido? ¿Quizá con el roce de los dedos? ¿Cómo aparece ese sonido? Huele el alimento con intensidad tratando de percibir cada detalle de su aroma. Si conecta con un pensamiento percátate y vuelve al ejercicio. Observa qué ocurre con ese alimento en la boca. ¿Se derrite? ¿Qué sabores aparecen? Con el primer mordisco, ¿qué cambia? ¿Cómo son los sabores? Mantén tu atención en lo que está ocurriendo. Poco a poco lo vas tragando y trata de percibir como baja por la garganta.

Esta experiencia se conoce como Mindful Eating o Atención Plena al comer. Es algo concreto, es una buena manera de introducir los niños en este tipo de prácticas.

Ejercicio 3. Sonidos

Se puede utilizar una campana o un gong. Se pide al niño/a que con los ojos cerrados y en una postura cómoda, trate de mantener su atención en los sonidos y que trate de recordar cuantas veces hiciste sonar la campana. Aquí el niño se ve en el ejercicio de tener que direccionar la atención para poder cumplir con el objetivo. La idea es tocar la campana varias veces y el niño va diciendo cuántas veces la tocaste. Es como un juego que busca que él pueda practicar esto de direccionar la atención.

Fuente
Álvaro Valencia, Psicólogo - Magíster en Psicología y Facilitador de RESPIRA, programa que busca llevar la práctica de Atención Plena a colegios de Colombia.
Entrevista realizada por el Blog de  Norma.

Puede ver la entrevista completa aqui
http://www.norma.com/consejos-para-padres/item/923-se-puede-ensenar-a-los-ninos-a-estar-concentrados