Este sitio está concebido con el objetivo de recopilar y organizar la información que nos ha servido para programar y dirigir la estimulación y así documentar el desarrollo del aprendizaje de nuestro hijo. El deseo de proveerle un ambiente donde pueda desarrollar lo más libre y, naturalmente, que sea posible las múltiples inteligencias que nos conforman como seres humanos

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jueves, 12 de agosto de 2010

DISFUNCIONES EN LA INTEGRACIÓN SENSORIAL

Recientemente, en el curso de exploradores en movimiento al cual asiste Martín con otros niños, tuve la oportunidad de hablar con la abuela de uno de los compañeros de mi hijo, pues se notaba bastante preocupada ya que su nieto se negaba a participar de todas aquellas actividades que implicaran untarse de alguna sustancia. El comportamiento del niño llegó a susitar comentarios acerca de lo "mimado" que estaba el niño, es por culpa de los padres o cuidadores que el niño no se unta, y acepto que hasta yo llegué a pensar lo mismo. Ese día la abuela me comentó que ella misma le había hecho los mismos comentarios desdeñosos a su hija, preguntándole si era que ella no lo dejaba experimentar con nada. La abuela me comentaba que el niño no solo no le gustaba untarse de arcilla, plastilina, pintura, arena (sospechoso), sino que además tenía extremada sensibilidad al pasto: cuando el niño camina por el cesped le molesta mucho, solo lo hace obligado y presenta enrojecimiento de las plantas de los pies. Además el ruido de una fiesta infantil, lejos de entusiasmarlo le molesta enormemente al punto de llorar y querer abandonar la fiesta.  Ahí fué que recordé algunos artículos que he leido en el blog de Rosina Uriarte que se llama ESTIMULACIÓN Y DESARROLLO, artículos sobre la integración sensorial y cómo algunos niños pueden presentar disfunciones en la integración sensorial, llegando algunas veces tanto padres como profesionales a confundir este transtorno del desarrollo con problemas de comportamiento.

Recojo este fragmento de una entrada de Rosina, pues me parece que sintetiza el problema arriba mencionado y abré nuevas opciones y manejos:

"Algunos niños tienen disfunciones en la Integración Sensorial. Esto implica que sean extremadamente sensibles a determinados estímulos (puede ocurrir que les molesten sonidos que los demás apenas perciben, que no soporten la ropa, el aseo diario, los olores…), o también puede ser que sean demasiado poco sensibles (parecen nunca hacerse daño, no les impresionan las alturas, los movimientos bruscos…). 

Cuando la hipersensibilidad se da en la planta del pie (en esta zona existen numerosos receptores sensitivos conectados con el resto del cuerpo a través del sistema nervioso), es muy posible que el niño opte por caminar de puntillas para evitar el contacto con el suelo o la suela del zapato.

En estos casos de hipersensibilidades, en los que muy a menudo no somos los padres capaces de ponerles los calcetines o el calzado al niño sin llegar a la "pelea", conviene realizar una estimulación táctil y propioceptiva en el pie del pequeño. Esto significa masajear la planta del pie de forma profunda, con fuerza. Así podemos relajar la zona y preparar al niño para calzarle a diario. Tras un tiempo de estimulación de este tipo podría el niño superar esta hipersensibilidad en la zona plantar (sería en este caso bueno consultar con un profesional de la Integración Sensorial que nos guiase adecuadamente en el logro de este objetivo).

Desde la Integración Sensorial se recomienda además jugar a caminar con pesos en ambas manos (equilibrando el peso de ambos lados), cargar con bolsas, llevar algo pesado en los bolsillos… trepar, andar por un tronco, chutar un balón… o caminar descalzo sobre la arena o el césped.

Por último, podemos considerar uno de los principios de los que nos habla el Brain Gym (seguro no es sólo la gimnasia cerebral la que nos habla de esto, pero es la versión que conozco). El estrés, la tensión emocional, el miedo, la ansiedad, la inseguridad… todos estos sentimientos y estados bloquean el sistema. Esto es: bloquean tanto el cuerpo como el sistema nervioso. Así se entorpece el movimiento, el funcionamiento de la persona en general, pero muy especialmente se entorpece el desarrollo en el niño y se entorpece su aprendizaje.

Una de las soluciones pasa por realizar actividades de estiramiento. Éstas liberan tensiones y hacen que el niño esté más preparado para participar en lo que sucede a su alrededor, mejorando su capacidad de aprender.

Lo que interesa en este caso es el hecho de que estos estados emocionales de estrés y ansiedad, que son desgraciadamente comunes no sólo en adultos, sino también en los niños, llevan a la tensión y acortamiento de la musculatura de la parte de atrás del cuerpo (el cuello, la espalda, las piernas…). Así se acortan los músculos de la pantorrilla y el tobillo haciendo que el niño tienda a caminar más cómodamente de puntillas.

En general se recomiendan estiramientos suaves de la zona de la pantorrilla.

La flexión de pie. Sentado en una silla el niño pone una pierna sobre la otra de modo que el tobillo de ésta quede encima de la rodilla de la otra. Sujeta el tobillo con una mano mientras sujeta la rodilla de la misma pierna con la otra, agrarrándola por su parte interior. Sujeta estos dos puntos haciendo que exista una cierta tensión entre ambos mientras flexiona y estira el pie.
Luego masajea con las manos la parte de la pierna entre la rodilla y el tobillo. Si hay algún punto más sensible al flexionar y extender el pie, se debe masajear.
Seguidamente debe hacer lo mismo con la otra pierna, tobillo y pie.

El bombeo de gemelo. Estando de pie, el niño coloca una pierna delante de la otra. Se inclina hacia delante flexionando la pierna que queda delante (sin extender la rodilla de la pierna flexionada más allá de la mitad del pie) y extendiendo la que está detrás. En esta posición despega el talón posterior del suelo y lo vuelve a pegar al mismo. Debe repetir este movimiento tres veces con cada pierna.
Este ejercicio puede resultar más fácil si el niño se apoya contra una silla o una pared con los brazos estirados. Coloca una pierna hacia atrás mientras se inclina hacia delante flexionando la pierna que avanza. Debe hacer el movimiento de levantar y bajar el talón (presionándolo contra el suelo) de la pierna estirada. La pierna estirada y la espalda deben estar en el mismo plano recto.

Caminar de puntillas es algo considerado normal al iniciarse la marcha y durante el primer año o año y medio, pero si persiste de manera muy constante después de esta edad, debe descartarse que pueda existir una problema que debamos solucionar.

Incluso en los casos de trastornos neurológicos, el hecho de caminar de puntillas puede deberse a alguna de las tres causas que hemos mencionado y puede trabajarse de las maneras sugeridas."


Además quiero añadir la entrevista realizada a una niña de 12 años que ha sufrido de este trasntorno y sus apreciaciones:

"Valèria tiene 12 años, y el verano del 2007 empezó a venir al CEIB, para resolver las dificultades de procesamiento sensorial que presentaba. Ahora Valèria ya está estudiando secundaria, saca unas notas brillantes, tiene muchos amigos, ¡y corporalmente está cada vez más y más ágil!

¿Sabes para qué vienes a jugar al CEIB?
Si, para poder mejorar mis hipersensibilidades y la conciencia corporal.

¿Qué es lo que más te costaba hacer cuando eras más pequeña?
Lo que más me costaba era vestirme porque la ropa “picaba”.

¿Qué es lo que más te molestaba? A qué áreas de tu vida te afectaban las hipersensibilidades sensoriales?
Me molestaban los ruidos, que me tocaran, según qué olores, jugar con la tierra al parque, vestirme, que me lavaran la cabeza...

¿Sabes a qué son debidas estas dificultades que tenías?
Sé que tengo hipersensibilidades al tacto, el olfato, el oído y la vista, no sé a que son debidas pero mis padres también son hipersensibles.

¿Qué recuerdas de cuando empezabas a venir al CEIB y subías a los columpios?¿Te gustaba?
Primero no sabía en qué me podían ayudar todos aquellos juegos, pero me encantaba, sólo había una cosa que me ponía nerviosa: ponerme dentro el saco de bolas con los ojos cerrados y buscar objetos.

¿En qué cosas notas que has mejorado desde que vienes al CEIB a hacer integración sensorial?
He mejorado mucho: ya no me molestan tanto los ruidos ni los olores y soy mucho más abierta: antes casi no hablaba cuando conocía a gente nueva. Pero sobre todo he mejorado con el tacto; si hubiera hecho el ejercicio con espuma de afeitar antes de llegar al CEIB no lo hubiera podido aguantar, ahora incluso me lo paso bien.

¿Como te va en la escuela actualmente? ¿Qué te gustaría cambiar de la escuela?
Las notas me han ido muy bien y los profesores están contentos conmigo, pero debo reconocer que me he habido de esforzar y he “sudado” bastante.
Me gustaría cambiar muchísimas cosas: me gustaría que cada niño pudiera seguir su ritmo, no entiendo porque lo debemos hacer todo rápido, me gustaría que pusieran menos deberes, puesto que cuando llego en casa sólo puedo descansar media hora y hago deberes hasta las diez de la noche. No me gusta nada el ajetreo que hay entre clase y clase y el sistema que hay de los puntos positivos y negativos.

¿Quieres decir algo más?
Me gustaría explicar una anécdota que me pasó en 6º de primaria: haciendo un examen de naturales sobre el sistema nervioso te hacían clasificar una serie de circunstancias en movimientos voluntarios o reflejos; yo puse que asustar una mosca que te está picando era un movimiento voluntario. Cuando me dieron el examen no entendí porque me lo habían contado mal, puesto que yo este movimiento lo hubiera hecho voluntario."

Link con más artículos de Rosina sobre integración sensorial:

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